viernes, 13 de diciembre de 2013

La Muralla China




No hay duda de que la Muralla China es emblema y embajadora del país en cualquier rincón del mundo. Considerada entre las Nuevas Siete Maravillas, es un cóctel perfecto de historia, arquitectura y atracción turística, capaz de dejar boquiabierto a un envidiable número de visitantes cada año.

La Gran Muralla China es en realidad una serie de varias murallas que se construyeron durante más de un milenio para proteger el territorio contra el avance de los enemigos. Fue la Dinastía Ming la que estuvo a su cargo durante los últimos años, y a ella se debe la actual apariencia de la Muralla.
 
Nada menos que 4.000 kilómetros son los que recorre esta inmensidad china, y a su paso se erigen torres de vigilancia que permitían a los centinelas vigilar la zona desde las alturas. En estos puestos vivían y se comunicaban entre ellos encendiendo una fogata en caso de peligro inminente.

El tramo más conocido de la Muralla, que en total se extiende desde las montañas de Corea hasta el Desierto de Gobi, es llamado Badaling. Fue restaurado recientemente y es el más visitado por los turistas. Está ubicado a 70 km. de la capital china.
 
Las otras partes del monumento, menos concurridos por el turismo, son Simatai, Jinshanling y Mutianyu. Estas zonas, no tan conservadas en su mayoría, son también representativas del total del recorrido y es muy recomendable tratar de acercarse y descubrir algo de sus extensiones, para no limitarse a conocer los abarrotados caminos de Badaling.

Es importante tener en cuenta que recorrer la Gran Muralla China no es un paseo para cualquiera. Su estructura serpentea horizontalmente y también abunda en ascensos y descensos debido al terreno. Muchas escaleras y rampas son parte del camino y requiere un buen estado físico el trasladarse un tramo considerable sobre esta superficie.
 
Sin embargo, vale la pena el esfuerzo: esta maravilla mundial es sin dudas un destino mágico y cautivador, que enamora a cuanto visitante llega a ella. Observar el amanecer desde sus alturas es algo que recomiendan tanto los turistas como los habitantes locales.